martes, 23 de marzo de 2010

Una ciudad con tumbas

En las grandes ciudades se observan edificios, en ésta se aprecian cúpulas, torres, cruces e imágenes religiosas. Es la ciudad de los muertos, sus calles te adentran en ella. Al entrar, lo primero que se mira es una estatua de Cristo Rey del Universo, patrono de la ciudad. Podemos decir que se encuentra en el jardín central, donde también hay una fuente; ésta proporciona tranquilidad con su sonido. Cipreses, árboles de naranja y césped, enmarcan la escena. Se dice que la ciudad fue reconocida como tal en el año de 1981; sin embargo desde antes ya era habitada por lo muertos. No hay manera de describir la diferencia entre las clases sociales. Lo barrios ricos muy al estilo francés, con ostentosas construcciones. La clase media, enterrada dignamente; la pobre, de forma inhumana.

Una de las historias que resalta, cuando hablamos de la clase pudiente que yace aquí, es la de un científico. Cuentan, que este señor, de identidad desconocida, construyo una cámara hermética donde colocó a su ya difunta esposa. Él la visitaba todos los días y se tomaba la molestia de arreglarla. La señora no fue sepultada hasta el día que su marido falleció. El barrio medio, también tiene la suya, se trata de Eufratez, el niño milagroso. Falleció en 1942, con apenas 2 años de edad; se dice que se presenció la elevación de su espíritu a los cielos. Desde ese entonces, la gente acude a su morada para pedirle favores. Su tumba es una de las más decoradas, se encuentran globos, flores, reguiletes, entre otras cosas. Que decir de la viejita del bastón, por supuesto es miembro de la clase pobre. De ella se cuenta, que sale todos los días a las 6 de la tarde. Las personas que trabajan ahí, al verla caminar se han ofrecido a ayudarla; sin embargo ella da las gracias y sigue su camino, lento pero seguro. Sale del panteón y toma un taxi, ¿a dónde se dirige? y ¿a qué hora vuelve? ya nadie lo sabe.

Pareciera que algunos aún viven. Los que visitan las tumbas hacen que se sientan presentes entre nosotros. Por el contrario, otros ya murieron, ya que el único recuerdo que nos queda es el del lugar que ocupan en la ciudad. 25 mil tumbas habitadas, aproximadamente 10 mil olvidadas. En un lugar que provoca tristeza; hay suciedad, descuido, maltrato. Pero también invita al recogimiento. Se puede pensar, recordar, reír, llorar, querer y odiar. Una ciudad poco parecida a todas las demás. La diferencia está en que en ésta, las personas ya murieron y no van por la vida pretendiendo estar vivas. Aquí uno se da cuenta de cuáles fueron los seres que más hicieron, ya que son los más recordados. En este lugar no hay segundas oportunidades, y aunque haya clases sociales, por fin todos son como deberían ser, seres iguales.

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