martes, 23 de marzo de 2010

La octava maravilla del mundo

Gran repercusión encontró el barroco en la Nueva España, de sus inicios que recuerdan al español, pasó poco a poco por un periodo de modificaciones y adaptaciones resultado de las influencias ambientales y humanas, dando lugar al desbordamiento como característica principal del barroco novohispano. Una de las zonas donde floreció con mayor fuerza el estilo fue en el Obispado de Puebla, conservándose por fortuna algunas evidencias que nos hablan del esplendor que alcanzó.

Martes 23 de febrero, 11:00 am, las calles de la capital poblana, parecen un hormiguero; nunca imaginé que tanta gente visitara el centro de la ciudad y sus alrededores. Y no me refiero sólo a turistas, sino también a todos aquellos poblanos que al igual que yo, deciden recorrer algún día la hermosura de su estado. En este caso mis pasos me llevaron a la Iglesia de Santo Domingo, aunque debo confesar que únicamente estaba enfocada en ver por una vez más, la Capilla del Rosario. Por lo mismo al entrar al templo, no me detuve a observarlo, me encaminé de forma directa a la capilla ubicada al fondo del lado izquierdo, no sin antes hacer una genuflexión en señal de respeto al Santísimo Sacramento, ubicado en el extremo opuesto.
Al entrar al oratorio, escuché las palabras “este santuario, es sin duda uno de los más espléndidos ejemplos del barroco novohispano, es una capilla que data de 1690. En su tiempo fue considerada como la octava maravilla del mundo” El guía, que iba acompañando a un grupo de estudiantes, prosiguió con su explicación; sin embargo lo que acababa de pronunciar quedó resonando en mi interior. En su tiempo, pensaba, ¿por qué no en el actual? Abrí el libro de barroco novohispano que llevaba conmigo, quizás eso me ayudaría a entender; lo primero que vi, fue la fecha, surgió en el siglo XVI y perduró hasta mediados del XVIII. Quería creer que las personas ya se habían olvidado de su existencia; o bien, nunca supieron de ella y mucho menos lo que significó.

Este movimiento, sacudió en México las formas y proporciones clásicas para contribuir a formar así una identidad mexicana. Es el redescubrimiento y la refundación de la herencia española; representa también, una experiencia de sobrevivencia cultural por parte de los indígenas que, vencidos por la conquista española, ejercieron una suerte de “contraconquista” a través de una redefinición de la cultura dominante, enriqueciéndola y transformándola. Dejé el libro por un momento, la lectura había abierto mis ojos y mis sentidos; comencé entonces a observar lo que me rodeaba, comprendiendo que era algo traído de España, pero enriquecido por los nuestros. Entendí, que México no había sido conquistado, más bien se había dado una mezcla de culturas, enriqueciéndose ambas; nosotros fuimos capaces de conquistar algo español, conquistamos el arte barroco.
Esta variante del arte se caracteriza por ser un estilo con gran riqueza decorativa y exuberancia formal tanto en espacios interiores como exteriores. Se aman las curvas, utiliza efectos de luz, rechaza lo simple, y busca además, representar los dogmas de la fé. El santuario del que tanto se ha hablado es un claro ejemplo de lo aquí descrito. La Capilla está llena de simbolismos, donde cada imagen y elemento representa parte del barroco novohispano. En el interior se observan tres grandes temas para la Iglesia; primero en los muros se representan los misterios del Rosario junto con los personajes que están relacionados con la Virgen y con Jesucristo. Segundo, en los techos están los temas relacionados con la teología como lo son los dones, las virtudes, etc. Finalmente, en tercer lugar encontramos en el tabernáculo la venerada Virgen del Rosario. Sobre el altar se encuentra una cúpula en media naranja, en este lugar hay dieciséis ventanas, intercaladas con las figuras de dieciséis mujeres santas; son como una corona, y por si fuera poco representan todas las virtudes y gracias de María. En los arcos que sostienen la cúpula hay cuatro ángeles que con letras en oro tiene inscrito respectivamente: Dios te salve hija del Padre, Dios te salve madre del hijo, Dios te salve esposa del Espíritu Santo, Dios te salve templo de la Santísima Trinidad, y al final en la bóveda, aparece un relieve labrado en oro con las siglas HIS (Iesus Hominum Salvatore), en español, Jesús salvador de los hombres.

Podría continuar describiendo el lugar, pues cada cosa merece ser mencionada, sin embargo mi intención no es escribir un libro, sino compartir una experiencia. Creo que todas las personas deben hacerse una sola pregunta al visitar el lugar ¿Dios existe?, y al menos yo considero que todas deberían salir con esta respuesta: si Dios realmente existe, quienes lo niegan cometen el error más grande; así que prefiero equivocarme creyendo en un Dios que no existe, a equivocarme no creyendo en un Dios que existe. Dios está presente en ese lugar y la decoración lo hace sentir al alance, el observar todo lo que compone la capilla, te hace abrir tus sentimientos hasta el punto en que uno se puede conmover de tal manera que es capaz de llegar a las lágrimas. Lo que significaba para los artesanos la religión está plasmado ahí, nosotros podemos ver cómo ellos creían. Si la Capilla del Rosario era considerada en su tiempo la octava maravilla del mundo, por qué no serlo en el nuestro; además de ser un lugar de oración, representa de forma exquisita el barroco de la Nueva España. El resultado de que el arte se junte con Dios, es lo que en ella apreciamos; no hay palabras para describirlo, los ojos de cada ser humano deberían ser testigos de tan extraordinaria belleza.

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