Es imposible imaginar un cielo sin estrellas, ya que éste perdería su brillo y encanto. De igual forma, el fútbol sería menos espectacular sin las hazañas de sus "estrellas".
Cuando pensamos en el Barcelona, lo hacemos en Messi. Si alguien menciona al equipo merengue, sin duda recordamos a Cristiano. Y eso que ambas escuadras tienen más de un astro.
Técnicos, preparadores, directivo y jugadores reconocen a un buen futbolista por su "brillo". Pep Guardiola lo dijo después de ganarlo todo: Es que tengo a Messi. Mourinho, por su parte, saca uñas y dientes cada que alguien toca al joven Ronaldo.
La cuetión aquí, es si esos futbolistas, los llamados astros, merecen sobreprotección. Y no sólo lo digo por los equipos antes mencionados, que sin duda son los que más "llaman" la atención, sino por el resto de clubes alrededor del mundo que destacan por sus estrellas.
El brindarles una protección extra a los cracks, es una forma de discriminación. Es decirle indirectamente al resto de los jugadores, que ellos no son tan buenos ni valen tanto.
Las infracciones deben sancionarse de igual manera para todos, siempre tomando0 en cuenta la intención del infractor. Una falta, es una falta sin importar quien la reciba.
Siempre agradeceré la presencia de las estrellas en el campo, ya que con su fútbol nos brindan satisfacción. Sin embargo, ya es bastante la atención que se les presta, y de darles más perderían la cabeza y se irián de vuelta al lugar de donde provienen los astros, el cielo.
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