¿Hacia dónde mirar?

Hombres, imaginen que tienen la oportunidad de ver a Adriana Lima y a Ninel Conde. ¿Qué mujer llamaría más su atención? Mujeres, piensen que por un instante pueden admirar a Brad Pitt y a William Levy. ¿Hacia dónde volverían la mirada?

Situaciones como éstas, no se pueden comparar. Por un lado tenemos “perfección”, el prototipo de belleza ideal, la mujer y el hombre que todos soñamos tener o al menos conocer. Por el otro, vemos ese deseo de alcanzar la “perfección”, sin embargo parece lejana. Sabemos de cirugías, tratamientos, etc. en fin hablamos de belleza disfrazada, adquirida con ayuda de otros.

También es importante recalcar lo siguiente, todo depende del cristal con que se miran las cosas. Si un hombre no conoce a Adriana Lima, seguramente dirá que prefiere a Ninel Conde. Lo mismo sucederá con la mujer que no sepa quién es Brad Pitt, para ella bastará con mirar a William Levy.

Lo mismo sucede en el mundo del fútbol. Esta semana y el inicio de la entrante, dará vida a una serie de encuentros decisivos. La liguilla mexicana y el derby español. La primera pinta interesante porque todo puede pasar, el mejor puede quedar fuera, como ha sido el caso, y el octavo en calificar podría avanzar con miras a coronarse. El segundo promete ser el juego del año, teniendo en la cancha a los mejores jugadores y en los banquillos a técnicos que lo han ganado todo sin satisfacer aún su sed de triunfo.

Es difícil decidir que evento llama más la atención. Ambos prometen a sus públicos grandes emociones, alegrías y también desilusiones. Después de todo, así es el fútbol, todo puede pasar. Para algunos el derby será ver a una Adriana Lima o un Brad Pitt. Otros se conformarán con lo que conocen, una Ninel Conde o un William Levy, es decir una liguilla.

Lo cierto es que los ojos de los mexicanos mirarán en alguna dirección, unos esperando que su equipo avance hacia la gloria y otros que el juego del año no sea una decepción. Vuoso, Benitez, Bravo, Suazo, Cristiano, Messi… serán algunos de los protagonistas, en sus botines está la oportunidad de que miles de gargantas griten gol.